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jueves, noviembre 24, 2011

La última noche (tercera parte y final)

Todo estaba saliendo como esperaba, el se sentía cada vez mas seguro y yo no aguantaba las ganas de sentirle cerca nuevamente, tomé su mano, mi abrigo y nos dirigimos hacia el ascensor, sentía como la sangre latía en sus sienes cada vez con mas fuerza, le pedí la botella de vodka y tome un trago, que esta vez al estar sin hielo bajo caliente por mi garganta, pero no importaba, esta noche tendría lo que esperaba, pero a pesar de que todo estaba saliendo a la perfección y de que de momento manejaba la situación, había algo que me atormentaba, ¿porqué no podía ver a ese extranjero solo como una víctima más?, ¿porqué disfrutaba tanto de su presencia?, ¿porqué latía tanto mi corazón al sentir su contacto?, y peor aún ¿porqué temblaba de esa manera ante el solo pensamiento de sentir sus manos en mi cuerpo?, hace mucho tiempo que no recordaba estos sentimientos humanos, reí al pensar esto y el lo notó.

¿Te sucede algo? Le pregunte al notar que reía, nada, me respondió, es solo que la felicidad que siento al estar junto a ti, sabia que mentía pero algo en su voz me decía que no totalmente, tomó la botella de vodka del mesón, para el camino, me dijo y me tomó la mano, ¿en qué estábamos? Me preguntó y me sonrió con la sonrisa más bella que pudiera haber visto alguna vez, estaba totalmente cautivado y perdido en su belleza, solo quería que llegáramos pronto a mi habitación para poder estar a solas con ella, caminamos hacia el ascensor y el tiempo de espera se me hacia enorme, ni siquiera me atrevía a mirarla por temor a que fuera un sueño y se desvaneciera al contacto de mi vista, por fin el ascensor se detuvo en nuestro piso, entramos en el y al cerrarse las puertas ella se acercó a mi lentamente y me besó.

Lo miraba a mi lado mientras esperábamos el ascensor, parecía perdido en pensamientos más allá de la comprensión humana, no quise interrumpirlo, por el contrario, aproveché su ensimismamiento para beber mas vodka y así tratar de disimular el gusto a sangre que aún sentía en mi garganta, por fin el ascensor llegó y no pude esperar, tenia k probarlo, me acerque y lo besé suavemente, sus labios eran tan suaves como había imaginado, la espera había valido la pena y más aún pensando en lo que sería devorar a este extranjero lentamente, haciéndolo sentir los más profundos placeres humanos para luego llevarlo a la oscuridad más profunda, sentía como su corazón se aceleraba cada vez mas, mezcla de la sorpresa al recibir el beso, mezcla del ardor que subía por su cuerpo, lo único que podía pensar además de la cena, era que no notara algún rastro del gusto que inundaba mis entrañas.

Nos separamos al llegar el ascensor a mi piso, salimos al pasillo y continuamos en silencio caminado hasta la puerta de mi habitación, aún sentía ese extraño gusto en mi boca, pero la calidez y suavidad de sus labios me habían embriagado por completo, al entrar encendí una lámpara y puse música, le pregunté si quería beber algo más aparte del vodka y noté como un extraño brillo apareció en sus ojos, no tuve mucho tiempo para pensar ya que ella se acercó a mi y comenzó a besarme nuevamente, se acercó a mi oído y algo me susurro, pero no pude prestarle atención ya que todos mis sentidos estaban puestos en el placer que me provocaba su contacto.

Lo que quiero beber no es un trago le dije tomándolo por el cuello de su camisa y acercándolo hacia mí, olvidándome de mi naturaleza, todo mi ser quería sentirlo, era una situación perfecta, ¿porqué el destino había sido tan cruel trayendo a este hombre hacia mí?, me preguntaba mientras disfrutaba de sus besos y de este exquisito momento, debía tomar una decisión antes de que fuera demasiado tarde, de eso estaba segura, traté de aclarar un poco mis ideas y esperando no arrepentirme, ya no aguantaba más, me alejé de él bruscamente, tengo k marcharme le dije, disculpa pero no puedo decirte mas, fue una decisión compli9cada pero tenía que hacerlo, parte de mí quería quedarse y pasar la noche con él, pero al mismo tiempo temía no poder controlar mis instintos y matarle como había hecho con tantos otros antes de él, debía escapar ahora que no necesitaba alimentarme, ahora que aún podía controlarme, volveremos a vernos le mentí y di media vuelta

Estaba totalmente sumido en el éxtasis, sus besos me llevaban mas allá de cualquier experiencia vivida, ya era claro que ella era la mujer que había buscado todo este tiempo, comencé a acariciar su espalda cada vez estaba mas excitado, la apreté fuerte contra mi cuerpo, pero ella bruscamente se alejó de mí, tengo k marcharme me dijo sin darme alguna explicación, no podía dejarla ir, ya habíamos llegado demasiado lejos como para verla partir de esa manera, si te vas correré tras de ti como un loco obsesionado con tus besos le dije, por un momento vi que dudaba, pero solo fue un momento, nos volveremos a ver me mintió, estaba dando media vuelta cuando decidí jugar mi última carta, ya era tiempo de decir la verdad, me acerqué a ella y tomé su mano, ella giró hacia mí, no le temo a la muerte le dije, vine hasta Inglaterra buscando a alguien como tú, déjame ser tu hombre esta noche, luego mátame o tómame como tu eterno compañero, estaré a tu merced, pero no me dejes solo ahora, agregué tomándola de ambas manos y mirándola fijamente a los ojos.

Era verdad lo que había oído, no podía ser cierto, se estaba entregando a mí bajo su propia voluntad, tenía ante mí al compañero que había buscado durante muchos siglos, ¿estás seguro que esto es lo que quieres le pregunté mirándolo fijamente, ¿estás dispuesto a convertirte en un no vivo?, el solo me miró en hizo un gesto afirmativo con su cabeza, necesitaba sentir su cuerpo sentir su calor, esta vez lo besé con todas mis fuerzas, necesito sentir tu cuerpo junto al mío le dije mientras lo guiaba hacia su cama, estaba totalmente a su merced, era inútil luchar, me entregaría a él como una mortal, antes de hacerlo mío para siempre, no sería uno más de mis esclavos, sino que sería mi compañero, por siempre, me detuve en el borde de la cama y sentí como el deslizaba mi vestido sobre mis hombros, debe ser mío me repetía al momento que sus manos comenzaban a acariciar mis pechos y que su boca iba bajando lentamente por mi cuello.

No podía hablar, estaba totalmente aterrado, no estaba seguro de nada, solo que moriría de todas formas de no poder sentir su cuerpo junto al mío, asentí con un movimiento de cabeza a su pregunta, no estaba seguro, pero no podía negarme, me llevó hasta mi cama y se detuvo mirándome fijamente, estaba entregándose a mí y yo pronto me entregaría a ella, deslicé suavemente su vestido por sus hombros que callo suavemente al piso, mis manos temblaban al acercarse a sus pechos, comencé a acariciarla y a besarla lentamente bajando con cuidado por su cuello, ya todo era placer, el simple echo de ver su cuerpo semidesnudo junto a mí era suficiente para hacerme estallar en miles de sensaciones nuevas, terminé de quitarle su ropa y la recosté en mi cama, recorriendo su cuerpo con mi lengua y mis manos, sintiendo como se estremecía bajo mi contacto, se sentó nuevamente y comenzó a desnudarme, sus manos recorrían mi cuerpo cada vez con mas ansiedad.

Ya totalmente desnuda y recostada en su cama sentía como su lengua recorría cada rincón de mi piel, se perdía entre mis piernas para subir nuevamente hasta mis pechos, sus manos me recorrían completamente sin dejar espacio sin tocar, me senté y comencé a desnudarlo, tocando cada rincón de su cuerpo, bajé con mis manos y besé su pecho, todo era ideal, sentía su aroma que me embriagaba cada vez más, necesitaba sentirlo dentro mío, todo mi ser quería ser suya, tomé su mano y lo llevé cerca de la ventana a la luz de la luna, para así poder ver sus facciones con mas detalles y ver el brillo de sus ojos que cada vez se hacia mas intenso, hazme tuya le digo fijamente a los ojos sentándome sobre la alfombra.

Nada de esto podía ser real, sus manos quemaban mi piel cada vez que hacían contacto con ella, temí llegar al éxtasis antes de siquiera estar dentro de ella, pero justo en ese instante ella se alejó, temí que nuevamente pensara en partir, pero tomó mi mano y me invitó a acercarme a la ventana, la luna entraba fría por ella y al ver su cuerpo bañado por su luz pude contemplar la imagen perfecta de la belleza mas sublime, se sentó en la alfombra y suavemente me invitó a hacerle el amor, la acerqué a mi tomándola por la cintura y se sentó sobre mi, suavemente sentí como mi cuerpo se hacia parte de ella, un gran calor invadió todo mi ser, ya todo estaba echo, el placer era una palabra demasiado pequeña para describir lo que sentía en ese momento, ella se movía suavemente sobre mí, sentía sus pechos contra el mío y sus manos recorriendo mi cuerpo.

Me tomó por la cintura y me senté sobre el, lentamente su cuerpo estaba dentro del mío, comenzamos a movernos lentamente al ritmo de nuestra respiración, todo era perfecto, sus manos en espalda, tocándome, abrazándome, subiendo y bajando, mis piernas cruzadas tras de él, abrazándolo, apretándolo con fuerza para que no fuera a alejarse de mi, me besaba con tal ansiedad que temía que el fuera el que iba a devorarme, me tomó de mis hombros y me giró quedando el sobre mí, comenzó a moverse con mas fuerza y mi placer estaba llegando a un punto máximo, la luz de la luna hacia que sus facciones fueran aún mas hermosas y su cara era de un placer inimaginable, por un momento estiró un brazo bajo su cama pero no le presté importancia, estaba a punto de estallar en un éxtasis que hacia mucho tiempo no había sentido, vi que levantaba su mano justo en el momento en que dejaba escapar mi último gemido de placer junto con cerrar mis ojos, sentí una gran explosión dentro de mí, como si mi corazón se estuviera desbordando, después de eso todo fue calma.

Estaba llegando al punto culmine, ya no podía resistir mas, la giré para quedar yo sobre ella, puse mis manos sobre sus pechos y comencé a moverme con mas fuerza, tome sus hombros ya era el momento, apreté mi cuerpo por última vez junto al suyo, al momento que deslizaba mi brazo bajo mi cama, buscando, tenía lo que quería, levanté lentamente mi brazo justo cuando ella cerraba sus ojos, era el punto máximo de placer, por un momento perdí mis fuerzas, pero solo fue un momento, dejé caer todo mi peso sobre ella y enterré la daga de madera en su pecho, abrió sus ojos sorprendida, pero sin sufrimiento o muestras de dolor, ya indefensa me dedicó una última sonrisa que comenzó a desvanecerse lentamente al nublarse mis ojos con las miles de lágrimas que los invadieron, lo siento, le dije besándola suavemente en los labios, no sabes como lo siento, repetí, pero es mi deber…


Fin.