Juanelo

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lunes, enero 16, 2012

jueves, noviembre 24, 2011

La última noche (tercera parte y final)

Todo estaba saliendo como esperaba, el se sentía cada vez mas seguro y yo no aguantaba las ganas de sentirle cerca nuevamente, tomé su mano, mi abrigo y nos dirigimos hacia el ascensor, sentía como la sangre latía en sus sienes cada vez con mas fuerza, le pedí la botella de vodka y tome un trago, que esta vez al estar sin hielo bajo caliente por mi garganta, pero no importaba, esta noche tendría lo que esperaba, pero a pesar de que todo estaba saliendo a la perfección y de que de momento manejaba la situación, había algo que me atormentaba, ¿porqué no podía ver a ese extranjero solo como una víctima más?, ¿porqué disfrutaba tanto de su presencia?, ¿porqué latía tanto mi corazón al sentir su contacto?, y peor aún ¿porqué temblaba de esa manera ante el solo pensamiento de sentir sus manos en mi cuerpo?, hace mucho tiempo que no recordaba estos sentimientos humanos, reí al pensar esto y el lo notó.

¿Te sucede algo? Le pregunte al notar que reía, nada, me respondió, es solo que la felicidad que siento al estar junto a ti, sabia que mentía pero algo en su voz me decía que no totalmente, tomó la botella de vodka del mesón, para el camino, me dijo y me tomó la mano, ¿en qué estábamos? Me preguntó y me sonrió con la sonrisa más bella que pudiera haber visto alguna vez, estaba totalmente cautivado y perdido en su belleza, solo quería que llegáramos pronto a mi habitación para poder estar a solas con ella, caminamos hacia el ascensor y el tiempo de espera se me hacia enorme, ni siquiera me atrevía a mirarla por temor a que fuera un sueño y se desvaneciera al contacto de mi vista, por fin el ascensor se detuvo en nuestro piso, entramos en el y al cerrarse las puertas ella se acercó a mi lentamente y me besó.

Lo miraba a mi lado mientras esperábamos el ascensor, parecía perdido en pensamientos más allá de la comprensión humana, no quise interrumpirlo, por el contrario, aproveché su ensimismamiento para beber mas vodka y así tratar de disimular el gusto a sangre que aún sentía en mi garganta, por fin el ascensor llegó y no pude esperar, tenia k probarlo, me acerque y lo besé suavemente, sus labios eran tan suaves como había imaginado, la espera había valido la pena y más aún pensando en lo que sería devorar a este extranjero lentamente, haciéndolo sentir los más profundos placeres humanos para luego llevarlo a la oscuridad más profunda, sentía como su corazón se aceleraba cada vez mas, mezcla de la sorpresa al recibir el beso, mezcla del ardor que subía por su cuerpo, lo único que podía pensar además de la cena, era que no notara algún rastro del gusto que inundaba mis entrañas.

Nos separamos al llegar el ascensor a mi piso, salimos al pasillo y continuamos en silencio caminado hasta la puerta de mi habitación, aún sentía ese extraño gusto en mi boca, pero la calidez y suavidad de sus labios me habían embriagado por completo, al entrar encendí una lámpara y puse música, le pregunté si quería beber algo más aparte del vodka y noté como un extraño brillo apareció en sus ojos, no tuve mucho tiempo para pensar ya que ella se acercó a mi y comenzó a besarme nuevamente, se acercó a mi oído y algo me susurro, pero no pude prestarle atención ya que todos mis sentidos estaban puestos en el placer que me provocaba su contacto.

Lo que quiero beber no es un trago le dije tomándolo por el cuello de su camisa y acercándolo hacia mí, olvidándome de mi naturaleza, todo mi ser quería sentirlo, era una situación perfecta, ¿porqué el destino había sido tan cruel trayendo a este hombre hacia mí?, me preguntaba mientras disfrutaba de sus besos y de este exquisito momento, debía tomar una decisión antes de que fuera demasiado tarde, de eso estaba segura, traté de aclarar un poco mis ideas y esperando no arrepentirme, ya no aguantaba más, me alejé de él bruscamente, tengo k marcharme le dije, disculpa pero no puedo decirte mas, fue una decisión compli9cada pero tenía que hacerlo, parte de mí quería quedarse y pasar la noche con él, pero al mismo tiempo temía no poder controlar mis instintos y matarle como había hecho con tantos otros antes de él, debía escapar ahora que no necesitaba alimentarme, ahora que aún podía controlarme, volveremos a vernos le mentí y di media vuelta

Estaba totalmente sumido en el éxtasis, sus besos me llevaban mas allá de cualquier experiencia vivida, ya era claro que ella era la mujer que había buscado todo este tiempo, comencé a acariciar su espalda cada vez estaba mas excitado, la apreté fuerte contra mi cuerpo, pero ella bruscamente se alejó de mí, tengo k marcharme me dijo sin darme alguna explicación, no podía dejarla ir, ya habíamos llegado demasiado lejos como para verla partir de esa manera, si te vas correré tras de ti como un loco obsesionado con tus besos le dije, por un momento vi que dudaba, pero solo fue un momento, nos volveremos a ver me mintió, estaba dando media vuelta cuando decidí jugar mi última carta, ya era tiempo de decir la verdad, me acerqué a ella y tomé su mano, ella giró hacia mí, no le temo a la muerte le dije, vine hasta Inglaterra buscando a alguien como tú, déjame ser tu hombre esta noche, luego mátame o tómame como tu eterno compañero, estaré a tu merced, pero no me dejes solo ahora, agregué tomándola de ambas manos y mirándola fijamente a los ojos.

Era verdad lo que había oído, no podía ser cierto, se estaba entregando a mí bajo su propia voluntad, tenía ante mí al compañero que había buscado durante muchos siglos, ¿estás seguro que esto es lo que quieres le pregunté mirándolo fijamente, ¿estás dispuesto a convertirte en un no vivo?, el solo me miró en hizo un gesto afirmativo con su cabeza, necesitaba sentir su cuerpo sentir su calor, esta vez lo besé con todas mis fuerzas, necesito sentir tu cuerpo junto al mío le dije mientras lo guiaba hacia su cama, estaba totalmente a su merced, era inútil luchar, me entregaría a él como una mortal, antes de hacerlo mío para siempre, no sería uno más de mis esclavos, sino que sería mi compañero, por siempre, me detuve en el borde de la cama y sentí como el deslizaba mi vestido sobre mis hombros, debe ser mío me repetía al momento que sus manos comenzaban a acariciar mis pechos y que su boca iba bajando lentamente por mi cuello.

No podía hablar, estaba totalmente aterrado, no estaba seguro de nada, solo que moriría de todas formas de no poder sentir su cuerpo junto al mío, asentí con un movimiento de cabeza a su pregunta, no estaba seguro, pero no podía negarme, me llevó hasta mi cama y se detuvo mirándome fijamente, estaba entregándose a mí y yo pronto me entregaría a ella, deslicé suavemente su vestido por sus hombros que callo suavemente al piso, mis manos temblaban al acercarse a sus pechos, comencé a acariciarla y a besarla lentamente bajando con cuidado por su cuello, ya todo era placer, el simple echo de ver su cuerpo semidesnudo junto a mí era suficiente para hacerme estallar en miles de sensaciones nuevas, terminé de quitarle su ropa y la recosté en mi cama, recorriendo su cuerpo con mi lengua y mis manos, sintiendo como se estremecía bajo mi contacto, se sentó nuevamente y comenzó a desnudarme, sus manos recorrían mi cuerpo cada vez con mas ansiedad.

Ya totalmente desnuda y recostada en su cama sentía como su lengua recorría cada rincón de mi piel, se perdía entre mis piernas para subir nuevamente hasta mis pechos, sus manos me recorrían completamente sin dejar espacio sin tocar, me senté y comencé a desnudarlo, tocando cada rincón de su cuerpo, bajé con mis manos y besé su pecho, todo era ideal, sentía su aroma que me embriagaba cada vez más, necesitaba sentirlo dentro mío, todo mi ser quería ser suya, tomé su mano y lo llevé cerca de la ventana a la luz de la luna, para así poder ver sus facciones con mas detalles y ver el brillo de sus ojos que cada vez se hacia mas intenso, hazme tuya le digo fijamente a los ojos sentándome sobre la alfombra.

Nada de esto podía ser real, sus manos quemaban mi piel cada vez que hacían contacto con ella, temí llegar al éxtasis antes de siquiera estar dentro de ella, pero justo en ese instante ella se alejó, temí que nuevamente pensara en partir, pero tomó mi mano y me invitó a acercarme a la ventana, la luna entraba fría por ella y al ver su cuerpo bañado por su luz pude contemplar la imagen perfecta de la belleza mas sublime, se sentó en la alfombra y suavemente me invitó a hacerle el amor, la acerqué a mi tomándola por la cintura y se sentó sobre mi, suavemente sentí como mi cuerpo se hacia parte de ella, un gran calor invadió todo mi ser, ya todo estaba echo, el placer era una palabra demasiado pequeña para describir lo que sentía en ese momento, ella se movía suavemente sobre mí, sentía sus pechos contra el mío y sus manos recorriendo mi cuerpo.

Me tomó por la cintura y me senté sobre el, lentamente su cuerpo estaba dentro del mío, comenzamos a movernos lentamente al ritmo de nuestra respiración, todo era perfecto, sus manos en espalda, tocándome, abrazándome, subiendo y bajando, mis piernas cruzadas tras de él, abrazándolo, apretándolo con fuerza para que no fuera a alejarse de mi, me besaba con tal ansiedad que temía que el fuera el que iba a devorarme, me tomó de mis hombros y me giró quedando el sobre mí, comenzó a moverse con mas fuerza y mi placer estaba llegando a un punto máximo, la luz de la luna hacia que sus facciones fueran aún mas hermosas y su cara era de un placer inimaginable, por un momento estiró un brazo bajo su cama pero no le presté importancia, estaba a punto de estallar en un éxtasis que hacia mucho tiempo no había sentido, vi que levantaba su mano justo en el momento en que dejaba escapar mi último gemido de placer junto con cerrar mis ojos, sentí una gran explosión dentro de mí, como si mi corazón se estuviera desbordando, después de eso todo fue calma.

Estaba llegando al punto culmine, ya no podía resistir mas, la giré para quedar yo sobre ella, puse mis manos sobre sus pechos y comencé a moverme con mas fuerza, tome sus hombros ya era el momento, apreté mi cuerpo por última vez junto al suyo, al momento que deslizaba mi brazo bajo mi cama, buscando, tenía lo que quería, levanté lentamente mi brazo justo cuando ella cerraba sus ojos, era el punto máximo de placer, por un momento perdí mis fuerzas, pero solo fue un momento, dejé caer todo mi peso sobre ella y enterré la daga de madera en su pecho, abrió sus ojos sorprendida, pero sin sufrimiento o muestras de dolor, ya indefensa me dedicó una última sonrisa que comenzó a desvanecerse lentamente al nublarse mis ojos con las miles de lágrimas que los invadieron, lo siento, le dije besándola suavemente en los labios, no sabes como lo siento, repetí, pero es mi deber…


Fin.

lunes, octubre 10, 2011


Al mejor ratón

Bueno llegó el día, te vas a reunir con Amapola en el mar. Fuiste lejos el mejor ratón, el más inteligente el más relajado, el que mordió más cables y me echó a perder más cosas, como olvidar la noche de año nuevo en que casi me dejaste sin refrigerador, tus escaladas increíbles por las cortinas, tus escapadas nocturnas o tus saltos suicidas desde los muebles?
Creo que te extrañaré mucho, llenaste mucho un vacio muy grande, fuiste la mejor idea que alguien pudo tener en un momento para un regalo, te fuiste tranquilo y creo que trataste de estar junto a mí lo más posible, pero ya tu pequeño cuerpo no aguantó más y te dormiste para siempre. Al igual que Amapola correrás por una eternidad en un espacio ilimitado, investigando y recorriendo lugares nuevos y maravillosos.
No solo yo te extrañaré acá ya que mucha gente que te conoció te tomó cariño y también sintió mucho tu partida.
Te extrañaré mucho, fuiste el mejor ratón, no solo porque yo lo digo, si no que todos los que te conocieron pueden opinar lo mismo, ahora estas en paz, y si hay un cielo de ratones, espero nos veamos nuevamente, cuando todos terminemos juntos correteando bajo el mar.

Hasta pronto Hashis.

domingo, septiembre 04, 2011

La última noche (segunda parte)

La tomé por la espalda y le indique por donde seguir, el ambiente del bar estaba caluroso, así que le pedí su abrigo, al ver su figura quede realmente atónito, el escote era solo una parte de lo precioso de su cuerpo, el vestido rojo se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, su cintura era pequeña al igual que sus caderas, su cuerpo era una muestra perfecta de armonía, nos sentamos en el bar a esperar al barman, no sabía que hablarle, y ante la visión que tenía frente a mí me era muy difícil poder mirarle a los ojos, ¿a qué te dedicas le pregunte? Tratando de romper el silencio, respiré mas aliviado al ver que el barman se acercaba a nosotros, pedimos nuestros tragos y encendí un cigarro y le ofrecí uno a ella.

Soy antropóloga le respondí inventando una rápida respuesta, la verdad es que nadie nunca me había echo esa pregunta, no sé si por falta de interés o simplemente por que nunca había pasado mas de diez minutos con un hombre antes de alimentarme de él, estaba impacientándome cada vez mas, pero al fin se acercaba alguien a pedir nuestra orden, el pidió vodka tónica y yo una sangría, encendió un cigarro y me ofreció uno a mí, quizás fue mi falta de interés lo que lo incitó a invitarme a bailar o quizás solo quería sentir mi cuerpo mas cerca del suyo, cual fuere la razón acepte, me tomó de la mano y me llevo a la pista de baile.

La invité a bailar y veía como su cuerpo se deslizaba fácilmente sobre la pista de baile, parecía casi un ser etéreo, sus movimientos iban embrujándome cada vez mas, me acerqué lentamente a ella, ya no aguantaba mas tenia que sentir el sabor de sus labios, pero ella se alejó lentamente mirándome con una sonrisa mezcla de miedo, mezcla de desesperación...

Por primera vez en mucho tiempo sentía placer al bailar, mi cuerpo giraba y giraba al ritmo de acordes desconocidos, demasiado mundanos para complacer a mis oídos, pero el solo verlo ahí delante de mí, tratando de seguir mis pasos con la misma gracia o delicadeza me incitaba a seguir, vi como en sus ojos se encendía la llama del deseo, y yo comencé a mirar su cuello a embrujarlo, un instante más y hubiese caído en la tentación de mostrar realmente quien era delante de toda la gente que a esa hora llenaba el salón del hotel, me alejé lentamente de él, debo salir un momento le dije, mi apetito se había echo insoportable, una mezcla de placer y hambre mucha hambre, el ver sus venas por su cuello, lo excitado que él estaba..., no, tenia que salir de ahí, voy al baño le mentí, y salí corriendo de ese lugar, tenía que encontrar a alguien con quien alimentarme.

Tengo que ir a refrescarme al baño me dijo, y se fue rápidamente caminado hacia la puerta, sin mirar hacia atrás, un sentimiento de pánico fue subiendo lentamente por mi cuerpo, ¿qué pasaría si no la volvía a ver?. Quizás había hecho algo mal y ella había huido de mí, peor aún, ¿qué pasaría si ella era la mujer que había estado buscando desde que llegué a Londres?. Tuve la idea de correr tras ella, incluso de entrar al baño para ver si ella aún estaba ahí, pero preferí controlarme, me acerqué al bar y pedí otro vodka, esta vez solo con hielo y me senté a esperar, al mismo tiempo que le pedía al cantinero que dejara la botella.



Entre al baño y abrí una llave, moje mi cara y sentí como el frío del agua refrescaba mi piel, mire mi rostro en el espejo y me di cuenta de cómo mis ojos tenían ese brillo, supe en ese instante que el agua no seria suficiente para refrescarme, tenia que beber, alimentarme, de otro modo no podría continuar con este juego, miré en todas las direcciones y revisé que todos los baños estuvieran vacíos, abrí una ventana y fácilmente salí por ella adaptando mi cuerpo, comencé a correr por un largo y oscuro callejón, husmeado, oliendo, cazando. Para mi suerte un vagabundo estaba durmiendo entre bolsas apiladas de basura, lo miré y rápidamente me abalancé sobre él, el pobre nunca sabría que le había sucedido antes de despertar en el mundo de los muertos, mejor para él, se había ido entre sueños mientras yo calmaba mi sed, el sabor no sería tan bueno como el del extranjero que me esperaba en el hotel, pero serviría para satisfacer por un rato mis más oscuras necesidades.

Casi derramé mi vaso cuando ella se acercó hacia mí y me beso la mejilla, no la sentí venir, nunca en todos estos años había podido acercarse alguien a mí sin que al menos percibiera su presencia, y la sensación de sus labios en mi piel..., estaba casi seguro, ella tenia que ser, no había duda alguna, aunque siempre había una posibilidad de equivocarme como había pasado antes. ¿En qué nos habíamos quedado? le pregunte, ofreciéndole mi baso y un cigarrillo de mi cigarrera, yo mismo saque uno y lo encendí, algo había cambiado en ella, si bien su salvaje e intrigante belleza seguía tan imperturbable como una escultura de mármol, algo había en sus ojos que me perturbaba, trataba de saber que era y el porqué no podía dejar de mirarlos, algo quizás en su brillo, no lo podría descubrir, menos aún con la escasez de luz del lugar, pensé en invitarla a mi cuarto, pero la idea se esfumo rápidamente de mi cabeza ante la posibilidad que se rehusara o peor aún que se sintiera ofendida y se alejara de mi, continuamos con el baile pregunte?

Ya había perdido totalmente el interés en el baile, ahora quería más, tomé uno de sus cigarrillos y esperé que me lo encendiera, note como sus ojos escudriñaban los míos, tratando de ver dentro de ellos, aspiré lentamente el cigarrillo y recibí su vaso, tomé un trago y sentí como el vodka bajaba tibiamente por mi garganta, tome otro trago con la esperanza de que su sabor cubriera los rastros de mi comida nocturna, aspire otra bocanada de humo y sin pensarlo dos veces le respondí, ¿no se te ocurre algo más interesante?, su reacción fue la que esperaba...

Quedé atónito y por un momento perplejo, no sabia que hacer, tenia miedo y más miedo aún de que ella lo notara, volteé y tomé la botella de vodka que estaba cerca de mi vaso, siempre está la posibilidad de subir a mi cuarto le dije sin mirarla, animado por su insinuación, por un segundo un terror se apoderó de mí, un segundo que parecieron años, pensé que nunca me lo pedirías me respondió, mi alma nuevamente había vuelto a mi cuerpo, nuevamente me sentí seguro, aunque de haber visto su sonrisa y el brillo de sus ojos al responderme, seguramente habría salido corriendo de ahí, o habría caído en sus brazos para siempre...

miércoles, agosto 24, 2011

Este cuento es bastante antiguo, y lo escribí con una persona que aún es muy especial y que me autorizó a subirlo, lo iré subiendo por partes por que es uno de los mas largos que he escrito, saludos y espero que les guste

La última noche

Caminaba sin rumbo mirando mis zapatos, hacia mucho frío y una espesa niebla cubría las calles de Londres, había llegado a Inglaterra hacia tres meses con la esperanza de que mi búsqueda terminara en este país, ya estaba perdiendo las esperanzas cuando la vi, levante mi cabeza para encender un cigarrillo y mirar como el humo se iba mezclando con la niebla, cuando sentí su mirada sobre mí. Estaba de pie bajo un farol, vestía un largo abrigo negro que dejaba entrever sus largas piernas cubiertas por unas botas de cuero del mismo color, al notar que la había visto comenzó lentamente a y acercarse a mí, al principio tuve miedo, ya que no estaba seguro si ella era la mujer a la que había estado buscando, quizás solo era una prostituta buscando algún cliente, o peor aún, una ladrona que me distraería mientras sus amigos se acercaban y me asaltaban, quizás hasta me mataban, traté de alejar todos esos pensamientos de mi cabeza y esperé a que estuviera lo suficientemente cerca de mí para ver su rostro.

Esta parecía ser otra aburrida noche, llevaba mas de una hora esperando en la misma esquina de siempre pero nada sucedía, quizás era el frío, la niebla, o el miedo a las supersticiones de las noches londinenses, cual fuera la razón las calles estaban totalmente vacías, ya solo me quedaba un cigarro y el encendedor se negaba a prender, levante por última vez mi cabeza ya sin esperanzas, si no mas bien por un movimiento inconsciente cuando lo vi, caminaba lentamente con su cabeza gacha, pero no parecía borracho, tampoco se veía como un vagabundo, su forma de caminar y lo dubitativo de sus pasos me indicó que era un extranjero, sonreí y comencé a caminar lentamente, dando pasos largos y lentos obligando a mi abrigo a abrirse un poco, sonreí aunque había algo en la situación que no me gustaba del todo, parecía la imagen perfecta, un extranjero en una noche oscura y con una espesa niebla, era el telón de fondo ideal para mis ambiciones pero había algo que no me gustaba algo que me perturbaba.

Tienes fuego me preguntó, llevándose un cigarro a la boca, le respondí con un movimiento de cabeza y le acerqué mi encendedor encendido, ella posó sus manos sobre las mías y no pude evitar sentir un escalofrío al sentir lo suave y fría de su piel, creo que por un momento incluso temblé, aunque no puedo estar totalmente seguro, la miré a los ojos tratando de disimular la bochornosa situación el la que me encontraba, y me pareció ver un extraño brillo malicioso en ellos, aunque por lo oscuro del lugar no puedo estar seguro.

Posé mi cigarro en la boca lentamente y le pedí fuego, acercó su encendedor hacia mí y note como temblaba al sentir el contacto de mis manos, por un momento yo también sentí algo extraño, una sensación nueva, disfrute de su contacto mientras duró y vi como trataba de disimular su nerviosismo y me miraba a los ojos, traté de ocultar la alegría que sentía en ese momento, todo estaba saliendo perfecto, el había reaccionado inmediatamente a mi contacto, eso me indicaba que esta sería una noche fácil, aspiré lentamente el humo y solté suavemente sus manos, sintiendo como se estremecía su piel a mi contacto y como su sangre comenzaba a bombear cada vez mas aprisa en su corazón, sentí unos enormes deseos de saltar sobre él, pero la situación era muy favorable para echarla perder de esa forma, esta iba a ser una noche perfecta y no lo arruinaría un instinto tan primitivo como el hambre, abrí un poco mi abrigo solo para ver su reacción.

¿Qué haces a esta hora en una noche como esta?, le pregunté tratando de disimular mi nerviosismo, su abrigo se había abierto un poco y podía ver que bajo el vestía un vestido rojo muy escotado, traté de mirar dentro de el sin que ella se diera cuenta, pero aún así lo notó, aunque no pareció importarle del todo, de todas formas sentí como lentamente comenzaba a subir el calor por mis mejillas, y antes de que los colores delataran mi vergüenza bajé mi vista y saqué otro cigarro.

Mi excitación se hacia cada vez mas grande, era tan tierno e inocente era una presa perfecta, había sentido sus ojos en mis pechos y al mirarlo había enrojecido y encendido un cigarro para disimularlo, me hice la desentendida y seguí con la conversación como si nada hubiera pasado, sentía su sangre subiendo por las venas y arterias de su cuerpo, inundando sus mejillas, el calor se hacia cada vez mas fuerte, tenia que acercarme a él rápido y alimentarme, aunque era todo tan perfecto y no quería arruinar la diversión, estaba aburrida en casa y salí a dar un paseo respondí ¿extraña noche no te parece?, ¿cómo te llamas?, le pregunte para mantener la conversación.

Algo me decía que esa mujer no era una prostituta, pero no estaba seguro del porqué estaba ahí, ¿sería una ladrona?, no lo sabía solo podía pensar en lo bello de su cabello y en la suavidad de su piel, un escalofrió comenzó a recorrerme. David , le respondí, no sabia que mas agregar pero sabía que tenia que decir algo, no podía dejarla ir sin antes saber si era la mujer a la que había buscado por tanto tiempo, si vas hacia el centro podríamos seguir caminado juntos, en una noche tan solitaria no me vendría mal un poco de compañía, ¿cómo te llamas?, le pregunte.

Caroline, le respondí, no podía evitar mirar sus bellos ojos, y un escalofrió recorrió mi cuerpo al notar que su corazón latía muy aprisa, mi apetito se hacia cada vez mayor, mi fuerza de voluntad estaba flaqueando, pero quería averiguar mas de aquel hombre, no era un ser ordinario eso estaba claro, pero tampoco tenia nada especial, pero ¿Que era lo que me perturbaba de él?, ¿porqué su perfume embriagaba tanto mis sentido?, necesitaba su sangre para poder seguir viviendo, comencé a mirar su hermoso cuello y una vez mas tuve que resistir mi naturaleza, noto por tu acento que no eres de aquí, ¿qué haces en esta cuidad David?, ¿te gustaría tomar un trago mientras nos conocemos un poco?

Todo esta tomando un curso demasiado extraño, me había invitado un trago, ¿qué era lo que se proponía?, vine aquí por estudios le respondí, crucé el Atlántico para encontrarme con una bella dama una fría noche londinense, ella sonrió, la sonrisa mas maravillosa que hubiese visto antes, pero aún así había algo en ella que me perturba, no lograba descifrar que era, ¿solo una copa? Le pregunté, tratando de coquetearle descaradamente, ella volvió a sonreír, por un segundo pensé en invitarla a la pieza de mi hotel pero algo me detuvo.

Oía sus palabras pero no podía entender lo que me decía, todo mi ser estaba empeñado en resistir los instintos que me empujaban a morder su cuello, mi fuerza de voluntad se hacia cada vez menor, sonreí para no parecer descortés y al ver que en sus ojos apareció una sombra de duda, mi voluntad creció, te parece si vamos a mi departamento, le pregunté, tratando de disimular mi ansiedad.

Este era el momento decisivo, me había invitado a su departamento, pero algo me incito a rechazar el ofrecimiento, quizás solo era la precaución típica por estar en un lugar nuevo, quizás solo era el temor que me causaba su presencia, ¿te parece si vamos a mi hotel?, tienen un muy buen bar ahí, le dije, noté como la desilusión iba apoderándose de sus ojos aunque solo fue un momento, ya que nuevamente un extraño brillo iba floreciendo en ellos, haciendo que se vieran aun mas hermosos de lo que eran, esta bien me respondió, ahí habrá mas de donde elegir, comenzamos a caminar en silencio, trataba de mirarla disimuladamente y de memorizar todos sus movimientos, eran tan sutiles tan puros, casi parecía que flotaba, mi vista se desviaba a cada instante a su escote, y comencé a sonrojarme nuevamente, así que seguí caminando con la vista clavada en el suelo hasta que llegamos a la puerta del hotel, ya habrían más oportunidades de poder mirarla.

Maldita sea, mi primer intento había fracasado, había preferido ir a su hotel en vez de ir a mi departamento, pero no importaba, ya vendría otra oportunidad. Comenzamos a caminar en silencio y notaba como recorría mi cuerpo con sus ojos, pero no importaba, por el momento, solo podía pensar en alguna otra excusa para que estuviéramos solos o para poder sacarlo de ese lugar. Al llegar al hotel el puso su mano en mi espalda y me indicó el camino, nuevamente sentí ese extraño escalofrío recorrer mi cuerpo, ¿qué me estaba sucediendo?, ¿porqué no podía verlo como una víctima mas? Algo extraño me sucedía con él de eso no había duda, de lo contrario lo habría atacado en la calle, necesitaba saber que era y por lo mismo estaba dispuesta a seguir su juego al menos por un rato, entramos al bar y él me pidió el abrigo en una falsa muestra de galantería ya que sabia que solo lo hacía para poder admirar completamente mi escote como lo había echo desde que nos habíamos conocido, le sonreí y se lo entregue, nos sentamos en la barra y esperamos al barman.