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domingo, septiembre 04, 2011

La última noche (segunda parte)

La tomé por la espalda y le indique por donde seguir, el ambiente del bar estaba caluroso, así que le pedí su abrigo, al ver su figura quede realmente atónito, el escote era solo una parte de lo precioso de su cuerpo, el vestido rojo se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, su cintura era pequeña al igual que sus caderas, su cuerpo era una muestra perfecta de armonía, nos sentamos en el bar a esperar al barman, no sabía que hablarle, y ante la visión que tenía frente a mí me era muy difícil poder mirarle a los ojos, ¿a qué te dedicas le pregunte? Tratando de romper el silencio, respiré mas aliviado al ver que el barman se acercaba a nosotros, pedimos nuestros tragos y encendí un cigarro y le ofrecí uno a ella.

Soy antropóloga le respondí inventando una rápida respuesta, la verdad es que nadie nunca me había echo esa pregunta, no sé si por falta de interés o simplemente por que nunca había pasado mas de diez minutos con un hombre antes de alimentarme de él, estaba impacientándome cada vez mas, pero al fin se acercaba alguien a pedir nuestra orden, el pidió vodka tónica y yo una sangría, encendió un cigarro y me ofreció uno a mí, quizás fue mi falta de interés lo que lo incitó a invitarme a bailar o quizás solo quería sentir mi cuerpo mas cerca del suyo, cual fuere la razón acepte, me tomó de la mano y me llevo a la pista de baile.

La invité a bailar y veía como su cuerpo se deslizaba fácilmente sobre la pista de baile, parecía casi un ser etéreo, sus movimientos iban embrujándome cada vez mas, me acerqué lentamente a ella, ya no aguantaba mas tenia que sentir el sabor de sus labios, pero ella se alejó lentamente mirándome con una sonrisa mezcla de miedo, mezcla de desesperación...

Por primera vez en mucho tiempo sentía placer al bailar, mi cuerpo giraba y giraba al ritmo de acordes desconocidos, demasiado mundanos para complacer a mis oídos, pero el solo verlo ahí delante de mí, tratando de seguir mis pasos con la misma gracia o delicadeza me incitaba a seguir, vi como en sus ojos se encendía la llama del deseo, y yo comencé a mirar su cuello a embrujarlo, un instante más y hubiese caído en la tentación de mostrar realmente quien era delante de toda la gente que a esa hora llenaba el salón del hotel, me alejé lentamente de él, debo salir un momento le dije, mi apetito se había echo insoportable, una mezcla de placer y hambre mucha hambre, el ver sus venas por su cuello, lo excitado que él estaba..., no, tenia que salir de ahí, voy al baño le mentí, y salí corriendo de ese lugar, tenía que encontrar a alguien con quien alimentarme.

Tengo que ir a refrescarme al baño me dijo, y se fue rápidamente caminado hacia la puerta, sin mirar hacia atrás, un sentimiento de pánico fue subiendo lentamente por mi cuerpo, ¿qué pasaría si no la volvía a ver?. Quizás había hecho algo mal y ella había huido de mí, peor aún, ¿qué pasaría si ella era la mujer que había estado buscando desde que llegué a Londres?. Tuve la idea de correr tras ella, incluso de entrar al baño para ver si ella aún estaba ahí, pero preferí controlarme, me acerqué al bar y pedí otro vodka, esta vez solo con hielo y me senté a esperar, al mismo tiempo que le pedía al cantinero que dejara la botella.



Entre al baño y abrí una llave, moje mi cara y sentí como el frío del agua refrescaba mi piel, mire mi rostro en el espejo y me di cuenta de cómo mis ojos tenían ese brillo, supe en ese instante que el agua no seria suficiente para refrescarme, tenia que beber, alimentarme, de otro modo no podría continuar con este juego, miré en todas las direcciones y revisé que todos los baños estuvieran vacíos, abrí una ventana y fácilmente salí por ella adaptando mi cuerpo, comencé a correr por un largo y oscuro callejón, husmeado, oliendo, cazando. Para mi suerte un vagabundo estaba durmiendo entre bolsas apiladas de basura, lo miré y rápidamente me abalancé sobre él, el pobre nunca sabría que le había sucedido antes de despertar en el mundo de los muertos, mejor para él, se había ido entre sueños mientras yo calmaba mi sed, el sabor no sería tan bueno como el del extranjero que me esperaba en el hotel, pero serviría para satisfacer por un rato mis más oscuras necesidades.

Casi derramé mi vaso cuando ella se acercó hacia mí y me beso la mejilla, no la sentí venir, nunca en todos estos años había podido acercarse alguien a mí sin que al menos percibiera su presencia, y la sensación de sus labios en mi piel..., estaba casi seguro, ella tenia que ser, no había duda alguna, aunque siempre había una posibilidad de equivocarme como había pasado antes. ¿En qué nos habíamos quedado? le pregunte, ofreciéndole mi baso y un cigarrillo de mi cigarrera, yo mismo saque uno y lo encendí, algo había cambiado en ella, si bien su salvaje e intrigante belleza seguía tan imperturbable como una escultura de mármol, algo había en sus ojos que me perturbaba, trataba de saber que era y el porqué no podía dejar de mirarlos, algo quizás en su brillo, no lo podría descubrir, menos aún con la escasez de luz del lugar, pensé en invitarla a mi cuarto, pero la idea se esfumo rápidamente de mi cabeza ante la posibilidad que se rehusara o peor aún que se sintiera ofendida y se alejara de mi, continuamos con el baile pregunte?

Ya había perdido totalmente el interés en el baile, ahora quería más, tomé uno de sus cigarrillos y esperé que me lo encendiera, note como sus ojos escudriñaban los míos, tratando de ver dentro de ellos, aspiré lentamente el cigarrillo y recibí su vaso, tomé un trago y sentí como el vodka bajaba tibiamente por mi garganta, tome otro trago con la esperanza de que su sabor cubriera los rastros de mi comida nocturna, aspire otra bocanada de humo y sin pensarlo dos veces le respondí, ¿no se te ocurre algo más interesante?, su reacción fue la que esperaba...

Quedé atónito y por un momento perplejo, no sabia que hacer, tenia miedo y más miedo aún de que ella lo notara, volteé y tomé la botella de vodka que estaba cerca de mi vaso, siempre está la posibilidad de subir a mi cuarto le dije sin mirarla, animado por su insinuación, por un segundo un terror se apoderó de mí, un segundo que parecieron años, pensé que nunca me lo pedirías me respondió, mi alma nuevamente había vuelto a mi cuerpo, nuevamente me sentí seguro, aunque de haber visto su sonrisa y el brillo de sus ojos al responderme, seguramente habría salido corriendo de ahí, o habría caído en sus brazos para siempre...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Wena! la estaba esperando!

Anónimo dijo...

Oiga y no sigue?

Anónimo dijo...

O está esperando a que sea Octubre? xd

Anónimo dijo...

Nooo ya los he leído casi todos B:

Anónimo dijo...

Otro! Otro! :D